El efecto negativo para el estómago está relacionado por la manera en la que se prepara el cerdo: productos con exceso de grasa o aceites reutilizados, o porque se lo combina con preparaciones ricas en carbohidratos como llapingachos, empanadas, plátano frito, etc., pueden ser la causa de malestar.

Actualmente la carne de cerdo está considerada internacionalmente como carne blanca. El color de la carne está determinado, en su mayoría, por la concentración de mioglobulina en su tejido muscular (1 a 3 mg/g) la carne de res y el cordero tienen 4 a 10 mg / g y 4 a 8 mg/ g respectivamente. Se sabe que actualmente la carne de cerdo es más blanca y magra.

En los últimos 10 años se logró: Reducción de la grasa en un 31%, Reducción del colesterol en un 10%, Reducción de las calorías en un 14% y un aumento de la carne magra (baja en grasa) en un 20%. Pronaca interesada en la salud de nuestros consumidores buscó perfiles más saludables de cerdo, considerando razas con más carne y menos grasa.

Se ha demostrado en muchos estudios que su consumo no eleva los niveles de colesterol LDL. Incluso se recomienda su consumo diario ya que contiene importantes nutrientes para nuestro cuerpo. El huevo no eleva el colesterol, por el contrario, actúa como un alimento cardioprotector.

Este mensaje es incorrecto. El hígado, como todos nuestros órganos, también necesita proteína para regenerarse. Si tienes un consumo de proteína sano, no tiene por qué dañar tu hígado. El hígado necesita proteínas para crecer, para protegerse y para regenerarse.

El colesterol se divide en LDL (que suele conocerse como “malo”) y HDL (que algunos llaman «bueno»). Nuestro cuerpo lo sintetiza a partir de las grasas que consumimos y lo necesitamos para muchas funciones vitales. Muchos alimentos tanto de origen animal como vegetal contienen ambos colesteroles en diversas cantidades. Si tienes una dieta y estilo de vida balanceados y no tienes problemas metabólicos no tendrás altos niveles de triglicéridos o colesterol malo.

Recientemente surgió la polémica de que la carne causaba cáncer. Cabe señalar que la OMS aclaró que esta afirmación fue entendida de forma equivocada. El informe de esta organización indicaba que la carne consumida en exceso “podría aumentar el riesgo de cáncer colorrectal”. Si tiene una dieta y estilo de vida balanceados, incluyendo proteína animal como la carne, el ser humano debería encontrarse sano.

No es cierto. El uso de hormonas en la crianza de pollos es un mito que se ha difundido y no tiene ningún fundamento. No se utiliza ninguna hormona en la crianza de pollos.